dijous, 31 de març del 2011




















Una vez te dije que estaba cansada. Pero mentía. No lo estaba en absoluto. No me puedo cansar de ti, de tus manos, de tus labios, de tu sonrisa. De tu esencia.

Una vez me dijiste que ya bastaba, que habías tenido suficiente, que no me aguantabas más, que no me querías volver a ver. Y te creí, tonta de mí. Nunca has dicho la verdad, ¿por qué esa vez si la tenías que decir?

Una vez alguien me dijo que eso no iba a salir bien, que ésto no iba a salir bien. Ilusos.

dijous, 24 de març del 2011

Hay veces que aún quedándote sin nada decides ser gilipollas una vez más.

dilluns, 7 de març del 2011

Cuando hablamos de perder a alguien tenemos asumido que nunca más lo volveremos a ver, que desaparecerá y eso será todo. Quedará un recuerdo más o menos bonito, y cuando veamos cierta cosa que nos recuerde a ese alguien sonreiremos, o lloraremos.

¿Pero que pasa cuando ese alguien aparece? ¿Que pasa cuando tras asumir la perdida, un día aparece en forma de flash, sin saber porque? No nos han enseñado a dessuperar las perdidas, no nos han dicho como nos tenemos que sentir. Si tenemos que romper a reír o a llorar, si tenemos que abrirle las puertas de tu corazón para que un día, quizá se vuelvan a cerrar de golpe. Y piensas "seguro que se tendrán que volver a cerrar", así es la vida y así son los cambios.

dilluns, 28 de febrer del 2011

la compasión.

dimecres, 9 de febrer del 2011



















Ivy era una persona tan normal que eso la hacía especial. ¿Sabes ese tipo de persona a la que no puedes encasillarle una descripción simple? ¿Ese tipo de persona que es una persona normal, pero que tiene algo que la hace destacar del resto sin saber decir el qué? Pues así era ella. Una entre tantas. No tomaba drogas de ningún tipo, y con eso también quiero decir que ni fumaba ni bebía de vez en cuando. A simple vista no destacaba a la hora de vestir, aunque siempre llevaba los labios pintados de rojo (pero eso ya parecía formar parte de ella, la idea de que no llevara los labios rojos no era posible). Era delgada, no delgada tipo esqueleto, sino que era delgada de una manera agradable de ver, ese tipo de delgadez del que nadie puede decir que está demasiado delgada y en el que nadie se atrevería a decir que le sobran unos quilillos. Sus manos eran elegantes y prácticamente nunca llevaba las uñas pintadas, sus brazos eran largos a proporción de su cuerpo.

diumenge, 30 de gener del 2011















Bajo aquella sabana te protegías del mundo, de los fantasmas, de los ladrones y de los psicópatas que atacaban por la noche. Tenías montado un mundo que nunca se iba a derrumbar, que nunca iba a dejarte caer. Almenos no te iba a dejar caer más abajo de lo que ya habías caído.

Pero dejaste caer el muro, y empezaste a ser débil. Empezaba a entrar la luz por ese muro poco a poco invisible. Y dejaron de existir las sábanas para que te empezara a cubrir la piel. Los abrazos a media noche que te hacían sentir protegida a la vez que frágil.

dimecres, 19 de gener del 2011



















Entró por la derecha, como siempre, y me miro con indiferencia. Había pasado mucho tiempo desde que Nai era feliz. Algo había cambiado en él. Se acercó con la misma mirada y me dijo suavemente que yo sabía porque todo había sido así.

No os engañare y os diré la verdad. Evidentemente que sabia cual era el motivo. La primera vez que oí su nombre no había nadie más, eramos él y yo en el mundo. Y no sabía que hacer, no sabía que decirle para hacerle entender todo lo que pasaba. Y de golpe desapareció, y empecé a recorrer carreteras como si no hubiera nada más. Empecé a ver mundo porque era lo que siempre había soñado. Pero lo echaba de menos, echaba de menos la compañía después de tanto tiempo sin ver a nadie. Y un día de golpe y porrazo, sin saber porqué volvió a aparecer con esa mirada de indiferencia, como si realmente ya no existiera en este mundo.

-Solo tú sabes porque me he vuelto transparente.