diumenge, 28 de febrer del 2010















Tengo miedo a decirte todo lo que te quiero decir. Lo guardo como un secreto, como algo que no se puede contar, y si se cuenta, es en broma. Sí, definitivamente, eso no es para mí.

dimecres, 24 de febrer del 2010















Parecía perfecto. Era simple y estaba en armonía. Blanco con negro, café con leche.

Era débil, nunca lo había visto de una forma tan dócil, tan humana, tan sencilla. Me enterneció ( si es que eso existe). Me dijo que tenía planes, que quería una vida conmigo, que me quería conocer, que quería despertar a mi lado cada día. Yo no dije nada.

Aparecía en los momentos menos oportunos, como si de un remordimiento se tratara, como si fuera aquella voz de la conciencia que nunca(o siempre) tube. Era rubio, alto, con las espaldas altas, pálido, frío(aunque me hiciera entrar en calor), era suave, era aparentemente mío.

Jugué a no perderlo, a coger esa oportunidad, jugué a dejar de jugar.

dimarts, 23 de febrer del 2010














Siempre supe que los sueños me daban señales, siempre me comunicaba contigo así. Entre besos y romanticismo tu aparecías, siempre a modo de recordatorio, como si fuera lo más normal del mundo, aparecías apartando a todos los demás, dejando el romanticismo aparte.

Ahora parece que el romanticismo te quiera apartar, da igual como. Como si ya no significaras nada para él, como cambiando de habitos y costumbres, pudiendo rechazar todo aquello por lo que un día lo dejaste todo.

Es verdad que a veces cogemos muchos trenes, pero llega un día en que el significado de cogerlo no es el mismo que el significado que siempre había tenido.

diumenge, 21 de febrer del 2010



















Apenas pude sentir el roce de sus labios cuando ya había desvanecido. Eran las tres y media de la madrugada y hacía frío, eran las tres y media de la mañana y no podía dejar de sentir que al llegar a casa aún me sentiría más frío. Pensé en llamar a alguien, pero no quería estorbar a nadie un sábado a esas horas de la noche, o podríamos decir un domingo a esas horas de la madrugada, pero eso da igual.

dimecres, 17 de febrer del 2010


















El cocodrilo se llamaba Adolfo y era rojo. Esa misma tarde lo tiré a la basura. Adolfo había sido resultado de una relación nefasta que había tenido años antes. El chico se llamaba Hugo, y era un completo inútil. En su vida no había hecho nada de provecho y quería hacerme ver que él era lo mejor para mi e hundirme en su miseria. La verdad es que aún no entiendo por qué Adolfo seguía en el armario, pero supongo que un cocodrilo rojo siempre causa simpatía a todo el mundo.

diumenge, 14 de febrer del 2010

















Te voy a matar. No te preocupes, será menos indoloro que si te dejara vivir. Te estoy dando la oportunidad de huir ahora, pero si sigues así no me vas a dar ninguna otra opción . Se te ven las intenciones desde la otra punta de la ciudad. Creéme, es lo mejor.

dissabte, 13 de febrer del 2010






















Odio esos momentos. No es que odie que me digan cosas bonitas, es que no sé que contestar. Siempre he pensado que en esos momentos queda bien besar a la persona que te lo dice, pero en estos casos no es oportuno por que después de un beso se espera mucho más de ti, se espera un compromiso, se espera una fidelidad, se esperan demasiadas cosas que nunca se me han dado demasiado bien. Albert era majo, era delgado, tenía los dientes y la sonrisa bonitos, las manos finas, era inteligente. Pero no era para mí. Se puede decir que era todo lo que podía pedir en un hombre, pero yo anhelaba la libertad. La verdad es que anhelaba el amor, pero me daba tanto miedo que nunca nadie me parecía suficiente para mí. Me daba miedo despertarme un día y no conocerme, despertarme un día y no conocer a la persona con la que comparto la vida.