dissabte, 22 d’octubre del 2011

En aquella época todavía era una yonki del amor (de su amor). O de lo que fuera eso, o esa (obsesión).

Ella corre tras el vendaval, se quitó la ropa, sueña con despertar,... y nunca más despertó, pero siguió en esa ciudad perdida, subterránea, esa ciudad de las cosas que habían dejado de existir, la ciudad de las paredes caídas, de las personas que habían desvanecido junto a su ya cadáver.

First breath after coma. Esa eterna melodía que es como un despertar infinito, el momento perfecto que nunca debería terminar, el momento junto después del éxtasis. La perfección que sentimos justo después de tomar una droga, de tomarla junto a ti.

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