Cada vez que mi pelo huele a alguien me pregunto donde se ha quedado mi olor. ¿Qué se ha hecho de él? Quizá no huelo y por eso atrapo los olores de todo el mundo.

Me encanta el olor de la caja de los sueños. A melocotón. Curioso, todo lo que contiene se separa.

Todo me da vueltas. Bajo tus botas de skin no puedo parar de ver unos pantalones anchos. En la ventana un señor que respira con fuerza para que salga todo lo que tiene en la nariz. La gente haciendo ver que le importan cosas que ni les van ni les vienen. La hipocresia y esas cosas.

La evidencia de que el tiempo  todo  lo cambia, y  eso no te excluye a tí. Pasan los días, los meses, y por fin pasan los años. Y bajo esa mascara sigue estando el mismo crío.Cierras los ojos e intentas imaginar lo que los acordes te susurran al oído, y al abrirlos te das cuenta de que el mar queda demasiado lejos y que empiezan a caer copos de nieve.

Imagino lo imposible y lo improbable. Analizo lo imposible y tiro lo improbable, y allí estoy yo, o quizá solo parte de mí.

¿Sabes qué? Creo que ha llegado mi hora.

Odio cuando todo empieza a volverse extraño pero no puedo hacer nada para evitarlo, porqué esa sensación me gusta, y porqué nunca consigo mantener esa sensación un poco más, lo suficiente para... ¡Volver a empezar! -Hola, ¿cómo te llamas?, si, lo de siempre. Un ciclo sin fin.

Siempre supe que no eras para mí.

Cuando rompes la normalidad es extraño y no sabes que hacer. Cuando haces algo que hace mucho tiempo que no habías hecho no sabes como reaccionar.

Pero esta bien, aunque haya miedo y esas cosas.

Si. ¿Y qué? uhmm.. como siempre.